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Editorial

En 2017 tuve la oportunidad de viajar a uno de los países de Europa del Este, Rumanía. En realidad fui a realizar un trabajo periodístico sobre uno de los momentos más oscuros de este país, la dictadura de Nicolae CeauÈ™escu; fue un trabajo bastante interesante pero fue una experiencia dura y con tonos grisáceos. Tuve la oportunidad de hablar con sobrevivientes del regimen comunista e incluso visité cárceles de la época donde cientos de personas fueron torturadas y no lograron salir nunca más de ahí.  

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A pesar de que este trabajo fue bastante enriquecedor y aprendí bastante del pasado rumano, me di cuenta que en realidad no hay muchos autores que rescaten el lado colorido de este hermoso país. Existen miles de publicaciones sobre los países occidentales europeos como Francia, España, Inglaterra, Italia, etc. pero el lado oriental queda algo olvidado. Por esta razón, junto con una querida amiga de origen español, me dediqué a viajar por el país y a indagar sobre otros aspectos como la historia antes del comunismo, el arte rumano, la gastronomía (que es una de las mejores que he probado, y eso que lo dice una mexicana), su arquitectura, y todos los aspectos que hacen a este país único e irrepetible.

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La finalidad de este trabajo periodístico y gráfico, fue el de invitar a hispanohablantes a viajar a Rumanía, a que conozcan todos los contrastes y tonalidades de esta cultura, y que como yo, se enamoren del lugar y de su gente. Si les apetece leer este libro y viajar a Rumanía, no duden en decirme que les será de gran ayuda para su viaje y también como cultura general sobre este país. Lo tengo en formato impreso y en PDF. 

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Asimismo pude participar en una publicación para una revista de viajes española. Esta vez visitamos Estocolmo, Suecia; nos enfocamos en un museo llamado "Skansen" que se encuentra al aire libre, empero, no deja de ser menos interesante y cautivador porque muestra la vida sueca de los siglos previos al inicio de la era de la industrialización en el país.

 

Recuerdo que al entrar fue como si viajara a otro tiempo y espacio en donde la vida era más sencilla y natural aunque no menos atrayente. Los miembros del museo actuaban tan naturalmente que no sugería que era una actuación; más bien se veían a personas realizando sus actividades cotidianas como cocinar, colgar la ropa, ir a trabajar a la granja o al campo, etc. Fue una experiencia única y por eso mismo la compartí en esta revista de viajes. Si amplían las imágenes podrán ver más a fondo el contenido del mismo. 

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